Todos los lectores buscamos, a través de la literatura, historias que nos hagan vivir experiencias únicas y emocionantes. Y es a través de esta búsqueda que, de vez en cuando, descubrimos libros y escritores inolvidables, capaces de remover algo en nuestro interior. La admiración que sentimos por ellos los convierte en referentes, y es lo que hace que algunos lectores también quieran ser escritores.
It. Antes de Stephen King, nunca una palabra tan corta había expresado tanto
Existe la tentación de imitar a los escritores que nos gustan, pero aunque nos esforcemos nunca lograremos parecernos a éstos. Porque si nos llaman la atención es, precisamente, porque son muy distintos a nosotros. Además, todos tenemos un punto de vista único y particular sobre el mundo que nos rodea, y es ese punto de vista el que se plasma en todo lo que hacemos, seamos conscientes o no de la circunstancia. El elemento viene de serie, no podemos elegirlo.
Un buen café siempre va bien a la hora de escribir o leer
Con un poco de suerte, los autores a los que admiramos podrán dejarnos pinceladas de su estilo, o un poco de su gracia y clarividencia. Pero donde realmente reside su importancia es en que son capaces de estimular nuestra creatividad, de empujarnos a querer hacer algo similar, ni que sea remotamente.
Algunos de los libros que tengo en las estanterías de casa
Todos tenemos nuestras preferencias, y para mí, el TOP 15 de los mejores libros que se han escrito son los siguientes:
- Sinuhé, el ecipcio (Mika Waltari)
- La historia interminable (Michael Ende)
- La dama de las camelias (Alexandre Dumas, fils)
- It (Stephen King)
- La otra parte (Alfred Kubin)
- El lugar (Mario Levrero)
- Pandora al Congo (Albert Sánchez Piñol)
- El valle de las luces (Stephen Gallagher)
- Clase nocturna (Tom Piccirilli)
- Solaris (Stanislaw Lem)
- Pórtico (Frederik Pohl)
- Seda (Alessandro Baricco)
- La mujer del viajero en el tiempo (Audrey Niffenegger)
- Història de Pi (Yann Martel)
- Déjame entrar (John Ajvide Lindqvist)
* He puesto el título en el idioma en el que me las he leído.
Sinhué el Egipcio es, a mi juicio, una de las mejores novelas de la literatura universal
Estas obras me han aportado elementos que ningún otro libro ha sido capaz de darme, me han hecho emocionar y han provocado que, por un motivo u otro, no me las haya podido sacar de la cabeza. Y gracias a ellas escribo. Cabe decir que el orden de la lista es intercambiable, cada uno de estos libros es igualmente especial para mí. Todos son fantásticos y extraordinarios, sin duda obras maestras de la literatura universal.
Pero el mundo de las letras es muy amplio, y cuando haga un TOP 50 también incluiré a Frankenstein, de Mary Shelley, y Hellraiser, de Clive Barker (aunque a alguien le pueda sonar extraño). También deberían estar algunos de los cuentos de Phillip K. Dick, así como otros libros maravillosos que todavía no he tenido la oportunidad de descubrir.
Algunas páginas manuscritas de uno de mis cuentos
Y si volviera a nacer y tuviera que elegir a otro para reencarnarme, me hubiera gustado ser Dennis Lehane (su serie de Kenzie & Gennaro representa la culminación absoluta de la novela negra), Mikel Santiago (todos sus libros son buenos) o Matilde Asensi (una gran maestra de la novela de aventuras). También habría estado bien ser Marsé (inigualable), Sánchez Piñol (cuyo genio aún no ha sido valorado en su justa medida) o el inconmensurable Stephen King, una figura que ha aportado más a la cultura occidental que cualquier otro escritor vivo.
Y, por qué no, tampoco me hubiera importado ser China Miéville, autor terriblemente original. Pero reconozco que me gusta ser quien soy. Nadie es perfecto.